“No sabía qué ponerme y me puse gordo”. Me encanta esa
frase. Para mí resume el espíritu navideño porque… ¿Qué es la Navidad si no la
fecha en la que comes con tu familia, comes con tus amigos, comes con tus compañeros
de trabajo o tus compañeros de clase, con los de la asociación esa a la que
perteneces, con los del club de no sé qué, con los de tu Hermandad, con los de
tu caseta de feria, con los de tu grupo de baile, con los de tu equipo de
fútbol y hasta con los vecinos si se tercia?
Y si no, que se lo pregunten a tu móvil que lleva unos días
que parece una zambomba con tanto zumba que te zumba de los tropecientos grupos
de WhatsApp en los que te han metido. Yo no digo nada, pero como hagas encaje
de bolillos con tu agenda y vayas a todos los almuerzos y cenas de los grupos a
los que te han invitado, cuando llegues a la cena de Nochebuena, los niños de
tu familia se te van a sentar en las rodillas y van a empezar a pedirte
regalos. Avisado quedas. Aunque no vayas vestido de rojo ni lleves barba, esa
“curvita de la felicidad” te va a delatar.
En realidad, yo hoy no sabía si traerte una receta o
recetarte Almax. Pero aunque a mí me cueste dejarme contagiar del espíritu
navideño, he de reconocer que me gustan mucho los reencuentros con una buena
mesa de por medio y cocinar platos especiales para estas fechas.
Creo que también hay algo muy bonito de la Navidad y es el
cocinar acompañados, sobre todo si es con niños. Por eso hoy te traigo una
receta muy sencilla. Parece más una manualidad que una receta de cocina. Y es
ideal para entretener a los niños pidiéndoles que te ayuden en una tarde de
vacaciones. Hoy te propongo hacer un árbol de Navidad de hojaldre y Nocilla.
Los ingredientes
que necesitas para hacer tu árbol de Navidad son dos planchas de hojaldre,
Nocilla y un huevo. Ya está. Tan simple como eso. Y quien dice Nocilla, dice
Nutella o cualquier crema de cacao.
La elaboración
consiste en poner una placa de hojaldre sobre una superficie lisa, extenderla
un poco con un rodillo y echarle una capa generosa de Nocilla por encima. Luego
tienes que cubrirla con la segunda placa. Y con un cuchillo cortar la forma del
árbol. Puedes hacerlo a ojo o servirte de una plantilla. Yo preferí hacer una
plantilla en un papel de hornear. Es muy fácil, solo tienes que dibujar un
tronco y encima un triángulo isósceles (dos lados iguales). Para que tenga más
forma de árbol de navidad, haz unos cortes horizontales ambos lados del
triángulo, como si fueran las ramas y las enroscas un poco en forma de
tirabuzón. Ten cuidado y no vayas a llegar al centro cortando por un lado y por
el otro. Es importante que haya un espacio en medio, como si fuera el tronco.
Puedes verlo en mi fotografía.
Cuando tengas el árbol hecho, píntalo con un huevo batido y
mételo al horno a 180º durante 20 minutos aproximadamente. Con los hornos yo no
me atrevo a dar minutos exactos. Siempre te aconsejo estés vigilando lo que
metes.
Para decorarlo te aconsejo que esperes a que se enfríe y
recurras a tu imaginación. Como ves, yo le he espolvoreado un poco de azúcar
glas y le he puesto unas bolitas de anís. También lo he coronado con una
estrella de fondant. A mí me resulta la parte más divertida de esta receta:
buscar por casa algo para darle un toque especial al árbol.
Si te animas a hacer este dulce árbol estas Navidades, ten
por seguro que no te va a llegar al Día de Reyes, pues está tan rico que en
cuanto lo pongas en la mesa todos se pelearán por “desmontar” un trozo.
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